2 REYES 4.HOSPITALIDAD Y GENEROSIDAD.8 Cierto día, Eliseo fue a la ciudad de Sunem y una mujer rica que vivía allí le insistió que fuera a comer a su casa. Después, cada vez que él pasaba por allí, se detenía en esa casa para comer algo. 9 Entonces la mujer le dijo a su esposo: Estoy segura de que este hombre que pasa por aquí de vez en cuando es un santo hombre de Dios. 10 Construyamos un pequeño cuarto en el techo para él y pongámosle una cama, una mesa, una silla y una lámpara. Así tendrá un lugar dónde quedarse cada vez que pase por aquí. 11 Cierto día, Eliseo regresó a Sunem y subió a ese cuarto para descansar… NTV.El profeta Eliseo, en el cumplimiento de su ministerio encomendado por el eterno Creador, hacía sus recorridos por todas las regiones del reino del norte. En sus recorridos, el profeta pasaba con frecuencia por la ciudad de Sunem, donde el monarca israelí tenía su palacio de verano. La ciudad de Sunem estaba situada en el territorio de la tribu de Isacar, en la ladera del Monte Moré, mirando al extremo oriental a siete kilómetros del valle de Jezreel. y cerca del monte Carmelo.Una mujer importante de la ciudad de Sunem, había visto a Eliseo y a su sirviente pasar una y otra vez por la ciudad. En cierta ocasión, esta mujer, ofreció a los viajeros, que se sentasen a compartir de la mesa con ella y su familia. Por la genuina hospitalidad mostrada por esta mujer, Eliseo, cada vez que pasaba por la ciudad de Sunem, se detenía en la casa de la mujer, para probar bocados de alimentos, restaurar sus fuerzas y continuar con su viaje a las ciudades mostradas por el Señor. Después de algunos días, la mujer de la ciudad de Sunem, sospechó que Eliseo era un siervo de Dios, de modo que conversó con su esposo, para construirle una pequeña habitación en la azotea de su casa, y así el siervo de Dios pueda utilizarla para descansar, cada vez que estuviera en la ciudad, antes de proseguir con su viaje ministerial. Una vez que la habitación estuvo lista, la mujer decoró la habitación con los muebles necesarios para que el siervo de Dios pueda sentirse cómodo en su estadía en la ciudad. Ella hizo esto por su gran generosidad y bondad albergada en su corazón, lo hizo porque sintió que había una necesidad que debía ser suplida a favor del siervo de Dios.Con regularidad el profeta Eliseo, no acostumbraba quedarse mucho tiempo en las ciudades de samaria, debido a la hostilidad histórica mostrada en contra de los profetas del verdadero Dios viviente. La mayoría de estas ciudades, al igual que el monarca israelí, vivían en completa desobediencia a las normas establecidas por el eterno Creador. Los habitantes seguían la idolatría de su rey, rendirán cultos de adoración a los dioses paganos, por eso, habían mostrado gran hostilidad hacia los profetas que denunciaban sus pecados. Pero Eliseo en medio de una ciudad perversa, había encontrado a ciertas personas fieles que todavía apoyaban la predicación de la palabra de Dios, y una de ellas era esta mujer, por eso, aceptó hospedarse en la habitación que le había construido. Queridos hermanos, el profeta Elíseo en su viaje ministerial, encontró una genuina hospitalidad en una mujer de Sunem. La cual estuvo dispuesta a satisfacer la necesidad alimenticia del siervo de Dios, y además llegó a construirle un pequeño aposento en su casa para hospedarlo. Al igual que esta mujer apoyó a Eliseo, muchas mujeres apoyaron el ministerio de Jesús y de sus discípulos durante el tiempo que Jesucristo estuvo en la tierra (Lucas 8:1–3). Hermanos, la hospitalidad y la generosidad, son cualidades indispensables que debemos de tener los hijos de Dios, no solo con nuestros familiares, sino con todas las personas que lo necesitan. ¿Cuán sensible es usted con aquellos que pasan por su hogar y fluyen a través de su vida, especialmente aquellos que enseñan y predican la Palabra de Dios? ¿Qué necesidades especiales tienen ellos que podría satisfacer hoy? Busque formas en que pueda servir y ayudar con los