ELOGIOS CONYUGALES. CANTAR DE LOS CANTARES 2:2 Mi amada es una rosa entre las espinas. 3 Mi amado es un manzano entre árboles silvestres. ¡Me muero por sentarme a su sombra y saborear sus deliciosos frutos! 6 ¡Que ponga él su brazo izquierdo debajo de mi cabeza! ¡Que me apriete contra su cuerpo con el brazo derecho! TLA. En una reunión familiar o social, apenas las parejas llegan a las reuniones, inmediatamente se separan y cada uno de los cónyuges se dirigen al lugar donde se encuentran sus amistades. Una vez en los grupos, tanto los hombres como las mujeres, empiezan a hablar de sus cónyuges. En medio de la conversación, alguien saca a relucir los defectos que tiene su cónyugue, e inmediatamente todos en el grupo empiezan a enumerar los defectos de sus propios cónyuges. Al contrario de la mayoría de parejas, la pareja de esta historia registrada en este libro, ante su audiencia, ninguno de los dos, sacan a relucir los defectos que puede tener el otro, más bien, mutuamente se llenan de elogios, enseñando de esa manera a su audiencia, lo que tienen que sacar a relucir de sus parejas al estar entre amigos y familiares. Salomón ensalza la hermosura de su esposa y la compara como las más bella de las rosas entre las espinas. El sabio utilizó este lenguaje del amor, para expresar la hermosura de su amada, no solo la hermosura externa, sino también la hermosura interna, la hermosura del corazón de su amada. La belleza de la mujer es como la de las flores silvestres: sencilla en su aspecto, pero atractiva. La belleza de la Sulamita era tal que, a su lado, las demás mujeres de Jerusalén y los reinos vecinos parecían espinos. No hay nada más vital en una relación conyugal que alentar y apreciar a la persona amada. Expresar su amor por su pareja a través de palabras que ensalcen, la hermosura, las cualidades, las virtudes y las fortalezas que pueda tener. Además, demostrar ese amor a través de hechos que hagan sentir que es la persona más especial de su vida. Al escuchar las palabras de elogio de su amado, la Sulamita no se queda atrás, ella también ensalza a su amado y lo compara el manzano cultivado entre los árboles silvestres. Ante sus ojos, su amado se destaca como un manzano entre los árboles silvestres. En las épocas del sabio Salomón, el manzano era un árbol frutal, de un valor incomparablemente superior al de los arbustos silvestres que brotaban espontáneamente por doquier. Frente a la esterilidad de éstos está la utilidad del manzano, cuyo valor queda así realzado en medio de aquellos. Ante los ojos de la Sulamita, Salomón sobresalía en valor entre los mancebos que le rodean como el manzano entre los arbustos silvestres. El manzano ofrecía ricos frutos y generosa sombra al caminante. Por eso al igual que un cansado y hambriento caminante anhelaba descansar bajo la sombra del manzano y disfrutar de su fruto, así anhelaba la Sulamita descansar en los brazos de su amado y disfrutar de su amor y compañía. Ella deseaba que el brazo izquierdo de su amado esté debajo de su cabeza como una suave almohada para descansar plácida y tranquilamente. Además, deseaba que con su brazo derecho la abrazara fuertemente, la apretara contra su pecho para sentirse segura y protegida. Ella fervientemente quería sentir los latidos del corazón de su amado. La mujer anhela sentirse amada, resguardada y protegida por su amado, solo así podrá descansar plácidamente. Queridos hermanos. Después de algunos años de vida matrimonial, las parejas seculares se olvidan de ensalzar la hermosura, las cualidades y virtudes de sus cónyuges ante sus familiares y amigos, en vez de eso, tienden a recalcar los defectos que tienen, olvidándose completamente del respeto y el amor eterno que se prometieron. Las parejas cristianas deben ir en contra de estas prácticas, y seguir el ejemplo de Salomón y la Sulamita, por eso, los cónyuges ante sus amigos y familiares deben ensalzar la belleza, las virtudes, las cualidades y fortalezas de la persona amada. Que todos --- Send in a voice message: https://anchor.fm/jesus-is-life1/message