EZEQUIEL 42. SANTIDAD EN EL SERVICIO. EZEQUIEL 42:13 Luego el hombre me dijo: Estas habitaciones que dan al templo desde el norte y el sur son santas. Aquí es donde los sacerdotes que ofrezcan sacrificios al SEÑOR comerán las ofrendas más santas. Ahora bien, dado que estas habitaciones son santas, se usarán para guardar las ofrendas sagradas: las ofrendas de grano, las ofrendas por el pecado y las ofrendas por la culpa. 14 Cuando los sacerdotes salgan del santuario, no deberán ir directamente al atrio exterior. Primero tendrán que quitarse la ropa que llevaban puesta mientras oficiaban, porque esa ropa es santa. Deberán ponerse otra ropa antes de entrar a los sectores del complejo abiertos al público. NTV. El sentido de la santidad del servicio a Dios, cada vez más se va perdiendo en el corazón de los creyentes, ya que ultimadamente cualquier persona sin estar debidamente consagrado a Dios, suben a los pulpitos de las iglesias a exponer la sagrada palabra de Dios, o a servir en cualquier otro ministerio de la iglesia. Pero cuando el Señor de los Ejércitos Celestiales instauró el servicio en el templo de Jerusalén, el servicio era lo más sagrado que podía existir. Un sacerdote que no estaba debidamente consagrado y prestaba su servicio en el templo, corría el peligro de perder su vida por su insensatez, y presentarse a ofrecer un sacrificio santo sin haber estado a cuentas con el Señor. Incluso lo santo y sagrado, también recaía en los utensilios utilizados para realizar los sacrificios, y de la misma manera en la vestimenta que utilizaban los sacerdotes. Para el servicio a Dios todo absolutamente todo debía estar debidamente consagrado. Dentro del complejo amurallado del templo, había una serie de habitaciones dispuestas de tres pisos. El profeta Ezequiel al encontrarse ante esta serie de habitaciones, escuchó una voz que le dijo: Estas habitaciones que dan al templo desde el norte y el sur son santas. Ya que están destinadas explícitamente para el uso de los sacerdotes que prestan servicio a Dios en el altar del templo. Aquí comerán ellos “las santas ofrendas”, las partes de los animales sacrificados que se les permite comer al sacerdote oficiante y a su familia. Los sacerdotes y sus familias por mandamiento Divino, tenían el privilegio de comer el resto de los animales que eran sacrificados a Dios. Durante los sacrificios, no todo el animal era consumido en fuego en honor a Dios, sino una parte específica del animal y el restante era para el sacerdote que oficio el sacrificio y sus familiares. Las partes de los animales restantes no podía ser llevado a la casa de los sacerdotes, sino que tenía que ser comido en las mismas instalaciones del templo, por eso tenían cuartos específicos para la alimentación. Además de las habitaciones para la alimentación de los sacerdotes y sus familiares, había habitaciones destinados para que los sacerdotes dejen sus vestimentas utilizadas durante el ritual sacrificial. Estas vestiduras eran santas, por eso no debían ser expuestas a las miradas de los hombres comunes, por eso la voz le dijo también al profeta: Cuando los sacerdotes salgan del santuario, no deberán ir directamente al atrio exterior. Primero tienen que quitarse la ropa que llevaban puestas mientras oficiaban el ritual sacrificial, porque esa ropa es santa. Deberán ponerse otra ropa antes de entrar a los sectores del complejo abiertos al público. La acción del cambio de vestidura es otra señal evidente de la diferencia entre el santo Dios y el hombre pecaminoso. Acercarse a Dios no debe tomarse a la ligera. Queridos hermanos. Las vestiduras santas que se requería que los sacerdotes usaran para ofrecer sacrificios en presencia de Dios, pueden simbolizar la importancia de que el creyente deba tener un corazón libre de culpas y pecados al momento de acercarse a Dios para servirle con los dones y talentos recibidos. --- Send in a voice message: https://podcasters.spotify.com/pod/show/jesus-is-life1/message