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UNIDOS EN CLAMOR. JOEL 1:13 Ustedes sacerdotes, ¡vístanse de tela áspera y lloren! ¡Giman, ustedes, los que sirven ante el altar! Vengan, pasen la noche vestidos de tela áspera, ustedes, ministros de mi Dios. Pues no hay grano ni vino para ofrecer en el templo de su Dios. 14 Proclamen un tiempo de ayuno; convoquen al pueblo a una reunión solemne. Reúnan a los líderes y a toda la gente del país en el templo del SEÑOR su Dios y allí clamen a él. NTV. Cuando todo marcha bien en la vida del hombre, difícilmente se va acercar a Dios para agradecerle por su cuidado, protección y por todas las dádivas que ha recibido a lo largo de su vida. La abundancia de bienes materiales, nubla por completo los pensamientos del hombre, y le hace pensar que todo lo que ha logrado cosechar en su vida, es solamente gracias a sus esfuerzos, y por eso, no tiene por qué dar gracias a Dios ni mucho menos rendirle gloria, alabanza y loor. Pero cuando las cosas empiezan a marchar mal en su vida, algunos hombres se acuerdan de Dios, pero no para pedirle su ayuda, sino para reprocharle por las tragedias que les han sobrevenido. Cuando las cosas marchen bien o marchen mal en su vida, el hombre siempre debe estar aferrado a Dios, ya que Él, es el único que lo cuida, protege y bendice. De la misma manera le ayuda a salir victorioso de las tragedias que le sobrevienen. Un hombre que está aferrado a Dios, puede tener la certeza de que en los momentos de angustia, Él vendrá a socorrerle y le ayudará a salir de esa adversidad. El pueblo hebreo pasaba por una crisis tremenda a causa de la disciplina impuesta por el eterno Creador contra ellos. Como parte de su disciplina, Dios envió una serie de plagas para que afectara gran parte de sus territorios que eran empleados para la agricultura, y cultivo de pastizales para sus ganados. Una de las plagas fueron las langostas. Esta plaga destruyó casi toda la cosecha de alimento de los pueblos, razón por la cual los graneros del reino dejaron de abastecerse, ocasionando de esa forma el desabastecimiento de alimentos en todo el reino. Esta plaga además destruyó casi la totalidad de los pastizales del reino, y no solo eso, sino que también infectaron los ríos y riachuelos, ocasionando grandes sequías que afectaron la alimentación de los ganados vacunos y ovinos. Toda esta situación adversa hizo que el pueblo nuevamente volviera su mirada a Dios, esperando que Él escuchara su clamor y restaurara nuevamente su nación. Ante el sufrimiento de todo el pueblo, el profeta Joel, pidió a los sacerdotes que servían en el templo de Jerusalén, que se vistan de tela áspera, que lloraran, gimieran y que pasaran la noche dentro del templo suplicando al Señor que tuviera misericordia del pueblo, y retirara la plaga para que nuevamente los campos puedan ser fértiles y los pastizales crezcan en las praderas para alimentar a sus ganados. Además, el profeta les recordó a los sacerdotes que no había grano ni vino para ofrecer en el templo de su Dios a quien servían. La plaga había destruido casi todos los cultivos del reino, razón por la cual el pueblo había dejado de llevar alimentos al templo como parte de su diezmo y ofrenda al Señor. Sin alimentos en el templo, los sacerdotes no tenían como presentar los sacrificios a Dios. Por eso el profeta les pidió a los sacerdotes que guardaran vigilia en el templo, clamando a Dios por todo su reino. El profeta Joel también pidió a los sacerdotes que convocaran a todos los habitantes de la nación, a un tiempo de ayuno y oración en el templo de Jerusalén, para que unánimes clamaran a Dios por perdón y misericordia para su reino. Queridos hermanos. El pueblo hebreo cuando todo marchaba bien dentro de su reino, no prestó atención a las advertencias de Dios, pero cuando la tranquilidad en la que vivía cambió, tuvo que volver su mirada a Dios, para buscar su perdón. --- Send in a voice message: https://podcasters.spotify.com/pod/show/jesus-is-life1/message
12m 7s · Oct 31, 2023
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