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LA MAÑANA DEL JUICIO. OSEAS 10:9 Dice el SEÑOR: ¡Oh Israel, desde los tiempos de Guinea, hay tan solo pecado y más pecado! No has mejorado en absoluto. ¿Acaso no fue justo que los hombres perversos de Guibeá fueran atacados? 10 Ahora, cuando concuerde con mis planes, también a ustedes los atacaré. Llamaré a los ejércitos de las naciones para castigarlos por sus múltiples pecados. 14 Ahora los terrores de la guerra se levantarán entre su gente. Todas sus fortificaciones caerán, tal como Salmán destruyó a Bet-arbel… 15 … Cuando amanezca el día del juicio, el rey de Israel será completamente destruido. NTV. Los corazones perversos de los hombres no cambian con total facilidad, ni por más que pase años y años. Cuando la maldad llega a la vida del hombre, poco a poco empieza a tomar el dominio de su voluntad, y mientras más pase el tiempo, el dominio se volverá cada vez más. Con el tiempo, el hombre perderá absolutamente el control de su voluntad y estará al servicio de la voluntad de la maldad y el pecado albergados en su corazón. El pueblo hebreo durante su travesía a la tierra prometida, empezó a coquetear con la maldad y el pecado, debido a la influencia de las naciones paganas que se encontraron en su paso a tierras cananeas. Con el pasar de los tiempos, Israel se dejó atrapar completamente por las redes de sus deseos pecaminosos, y no pudieron liberarse nunca más de esos deseos perversos, sino que quedaron atrapados en ellos para siempre. Una vez establecido en la tierra prometida, Israel no abandonó los caminos perversos que habían adquirido de las naciones paganas, sino que siguió adelante con esas prácticas perversas, dejando a un lado las leyes del eterno Creador. Mientras más pasaba el tiempo Israel se sumergía más y más en esa perversidad, tanto que llegaron a sobrepasar en maldad y depravación a algunas naciones paganas con las que se había relacionado en el pasado. Una de las naciones a la cual Israel sobre pasó en maldad fue a Guibeá, a esta nación pagana, el eterno Creador la había destruido completamente, y así terminar con su maldad. Israel había sido partícipe de esa destrucción, pero no había aprendido, sino que cometió más pecados que esa nación, razón por la cual un juicio eminente se aproximaba sobre Israel. Durante el tiempo del profeta Oseas, los israelitas se encontraban hundidos profundamente en la maldad y la depravación como la que había estado la ciudad Guibeá antes de que el juicio de Dios descendiera sobre ella. Los habitantes de esta ciudad, pese a las advertencias de juicio, no mostraron arrepentimiento ni volvieron a Dios, sino que permanecieron en su pecado. Por esa negativa de arrepentirse, Dios utilizó a Israel como ejecutores de su juicio contra los perversos de Guibeá; Pero ahora Israel se encontraba en esta situación de culpable, ya que ellos eran los que no se habían arrepentido de sus pecados ni habían vuelto a Dios. Ante este hecho, Dios por medio del profeta Oseas les dio a conocer a los israelitas que también los destruiría al igual que lo había hecho con los hombres perversos de Guibeá. Para este juicio, el eterno Creador llamaría a los ejércitos de las naciones para castigarlos por sus múltiples pecados. El juicio de Dios era eminente sobre toda la nación, ya que se había vuelto tolerante a la idolatría y la inmoralidad de sus habitantes. Por eso cuando amaneciera el día del juicio Divino, el rey de Israel será completamente destruido, y no solo el rey, sino toda la nación, ya que todos eran cumplibles de su rebelión y la adoración a los dioses de las naciones paganas. Queridos hermanos. El juicio de Dios sobre la maldad y el pecado es eminente, nadie podrá escaparse de este juicio si no ha mostrado un sincero arrepentimiento de sus pecados y entregado su vida a Cristo Jesús. Ya que la justicia de Dios fue satisfecha en Su unigénito Hijo cuando entregó su vida en la cruz. --- Send in a voice message: https://podcasters.spotify.com/pod/show/jesus-is-life1/message
5m 46s · Oct 24, 2023
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