AMOR Y COMPASIÓN. OSEAS 11:8 Oh, Israel, ¿cómo podría abandonarte? ¿Cómo podría dejarte ir? ¿Cómo podría destruirte como a Adma o demolerte como a Zeboim? Mi corazón está desgarrado dentro de mí y mi compasión se desborda. 9 No, no desataré mi ira feroz. No destruiré por completo a Israel, ya que no soy un simple mortal, soy Dios. Yo soy el Santo que vive entre ustedes y no vendré a destruir. 10 Pues algún día la gente me seguirá. Yo, el SEÑOR, rugiré como un león. Y cuando ruja, mi pueblo regresará temblando del occidente. NTV. El amor de un padre por sus hijos, no desvanece por más de que ellos sean tercos, testarudos y rebeldes. Su esperanza de que en algún momento cambien la actitud que han tomado, permanece en lo más profundo de su corazón. Con esa esperanza latente, los padres no apartan de su vida a sus hijos rebeldes, sino que los mantienen cerca de ellos para tratar de enderezar sus vidas y vuelvan a los caminos de la verdad y la justicia. Un padre amoroso, no se cansa ni fácilmente se da por vencido con un hijo que se ha perdido en la maldad del mundo, sino que pacientemente trata de corregirlo en amor y disciplina para que no se pierda definitivamente. Al igual que un Padre terrenal, el eterno Creador no se cansa ni se da por vencido al momento de tratar con los hombres que se niegan abandonar los caminos de la maldad y el pecado. Él pacientemente espera que en algún momento, sus palabras de advertencia surtan efecto en el corazón de los hombres, y cambien la actitud que han tomado, muestren arrepentimiento y vuelvan corriendo a sus brazos amorosos. Dios tiene un profundo amor por toda la humanidad, por eso, por más de que se rebelen una y otra vez, no les envía un castigo severo inmediato, ni los trata de exterminar, sino que muestra misericordia, y espera pacientemente a que ellos cambien, o que sus amonestaciones surtan efecto. Dios como un amoroso padre, mostró misericordia ante la rebeldía de su pueblo, por eso, no envió un castigo severo inmediatamente sobre ellos, aunque lo merecían por las constantes rebeliones que habían mostrado al abandonar las leyes, los mandamientos y decretos, además por la adoración a los dioses paganos de la región. La ira de Dios sobre Israel tenía justificación, pero retuvo su ira pues su corazón se desgarró con el solo hecho de pensar que si enviaba un severo castigo, su amado pueblo sea exterminado de la faz de este mundo. Por su profundo amor y su compasión por su pueblo escogido, el eterno Creador, dio a conocer al profeta Oseas que no destruiría completamente a su pueblo, pues su compasión y misericordia no era igual a la de los hombres, sino que era superior, ya que Él era un ser Divino y Santo. Dios también le dio a conocer al profeta, que Él tenía esperanza de que en algún momento su pueblo escuchara la voz de sus profetas y abandonaran los caminos perversos por los cuales andaban, y tras eso volverían nuevamente sus miradas a Él. El eterno Creador en contraste a lo que algunas personas piensan, Él no es déspota, ni autoritario, tampoco se alegra en castigar a los hombres, más bien, Dios es amoroso y compasivo, por eso no derrama su castigo inmediato sobre las personas malvadas y perversas, sino que les da oportunidades de que se arrepientan de sus pecados. Queridos hermanos. Dios tiene un profundo amor por toda la humanidad, por eso todavía no ha derramado su ira sobre todas las personas malvadas y pecadoras. Dios tiene la esperanza de que en algún momento, todas las personas puedan escuchar su palabra y abandonen la vida que llevan. Pero esta oportunidad que Dios da a la humanidad para que se arrepienta, no será para siempre, pues llegará un día en el cual Dios tendrá que derramar su juicio sobre todos los que no mostraron arrepentimiento de sus pecados. En ese día, el amor y la misericordia de Dios serán reemplazadas por su divina justicia, y todos los pecadores serán castigados con severidad en conformidad a sus pecados. Amigos. --- Send in a voice message: https://podcasters.spotify.com/pod/show/jesus-is-life1/message