SOBERANÍA DE DIOSROMANOS 9:12 él llama a las personas, pero no según las buenas o malas acciones que hayan hecho). 13 Como dicen las Escrituras: Amé a Jacob, pero rechacé a Esaú. 14 ¿Estamos diciendo, entonces, que Dios fue injusto? ¡Por supuesto que no! 15 Pues Dios le dijo a Moisés: Tendré misericordia de quien yo quiera y mostraré compasión con quien yo quiera. 16 Por lo tanto, es Dios quien decide tener misericordia. No depende de nuestro deseo ni de nuestro esfuerzo. 22 De la misma manera, aunque Dios tiene el derecho de mostrar su enojo y su poder, él es muy paciente con aquellos que son objeto de su enojo, los que están destinados para destrucción.  NTV.Esta porción de las Sagradas Escrituras, ha sido mal interpretada por un gran número de creyentes a lo largo de los tiempos de la iglesia cristiana. El eterno Creador del universo, de ninguna manera arbitrariamente ha tomado la decisión de salvar a unos y condenar a otros, porque Dios no es injusto ni autoritario, más bien, Él tiene un profundo amor por toda la humanidad y su deseo es que toda la humanidad alcance la salvación y vivan eternamente en su reino. Pero pese al deseo de Dios, el hombre es quien voluntariamente rechaza la salvación que Dios le ofrece gratuitamente, y prefiere vivir disfrutando de los placeres de este mundo, aunque estos placeres lo lleven a la condenación eterna, lejos de la presencia de su eterno Creador.Para argumentar la hipótesis de que Dios escogió a unos para salvar, y a otros para condenar, frecuentemente citan estas palabras escritas por el apóstol Pablo: “Amé a Jacob, pero rechacé a Esaú”. Estas palabras fueron dichas por el único Dios verdadero a su siervo Moisés. Si se lee literalmente estas palabras, por su puesto se puede entender que Dios escogió a Jacob y rechazo a Esaú, pero no toda las Escrituras se debe comprender de manera literal, sino que se debe de interpretar lo que Dios quiso dar a entender con estas palabras. Lo que Dios quiere dar a entender es que de entre los dos hermanos mellizos, Dios eligió a Jacob para continuar el linaje de los fieles, porque conocía el corazón de Jacob, y no escogió a Esaú porque también conocía su corazón.Dios en su eterna omnisciencia, conoce el corazón de todas las personas, sabe muy bien quienes van a atender a su llamado y quienes lo van a rechazar. Por eso al momento de elegir, no eligió a Esaú porque sabía que no iba mantener su fidelidad en Él, ni a sus promesas de ser el pueblo escogido. La decisión correcta de Dios para no elegir a Esaú como el hijo de la promesa, fue evidente cuando Esaú vendió su primogenitura por un plato de comida. Esaú rechazo algo terrenal tangible como es la doble porción de la herencia de su padre, si fue capaz de rechazar una herencia terrenal tangible, como no iba a rechazar una herencia aparentemente intangible proveniente de Dios. Por este conocimiento previo, es que Dios no escogió a Esaú como el hijo de la promesa.Dios como creador de todas las cosas en todo el universo está en potestad de hacer con ella lo que se le plazca, pero no lo hace, porque todo está sujeto a un orden divino establecido mucho antes de la creación del universo, por eso, pese a su poder ilimitado no hace nada indebido, solo prosigue con el plan establecido. Dios eligió a una descendencia para que por medio de esa descendencia toda la humanidad sea beneficiada con la salvación. Pero no toda la humanidad está dispuesta para  aceptar la salvación, tal como Esaú rechazó la primogenitura, un gran número de hombres rechazan la salvación que Dios ofrece gratuitamente. Dios sabe de antemano quienes van a rechazar Su salvación y quienes van a aceptar esa salvación. Por eso sabe perfectamente quienes alcanzarán el reino de los cielos y sobre quienes derramará Su justa ira en el final de los tiempos.